11 de abril de 2011

La luz de la vida



El vivir y ser feliz conlleva responsabilidad, se habla constantemente de ello pero ¿por qué no terminamos de ser felices? Paradójicamente por comodidad, es más fácil atraer la atención victimizándonos, en ocasiones nos exponemos y obligamos a situaciones que no deseamos para nosotros, sin embargo genera culpa el enfrentarnos con nuestros profundos miedos de lanzarnos al precipicio de la nada.

El ahogarse en una vida desgraciada y cargada de sufrimiento nos coloca en la cresta de la ola, porque se quiere la atención de todos porque en el fondo  se tiene baja autoestima y no nos sentimos valorados; en consecuencia el vivir en el caos “me hace parte de”, se atrae la atención de todos para que me digan “pobre”, “que pena”, “te ayudo”. El detenerse un momento contemplando nuestra vida con bondad, sin viejos resentimientos, sin falso orgullo, atreviéndonos inclusive a percibir la nada.

En la sociedad actual se habla de tener estructuras y se tiene realmente pánico a perder el control de ellas, porque al final estas nos terminan poseyendo. El dinero, la profesión, las amistades, la familia, inclusive las creencias, tejemos diversas prisiones para no ir al mismo centro de nuestro ser y entonces nuestro cuerpo expresa por medio de malestares, enfermedades lo que grita nuestra alma.

Hasta cuando embrión de Dios te seguirás maltratando, intentando apagar esa llama que yace en tu corazón. Confía en ti, en tu corazón, camina segura por la vida que no es ningún valle de dolor y desesperación; por el contrario percibe el paraíso que hay ante tus ojos día a día, observa la belleza de tus experiencias de vida. Escucha a tu ser, aquieta tu mente y fluye con tu voz interna, con un suave susurro te puede guiar. Eres tu el que te creas situaciones duras, para considerarte en “parte del colectivo”, tienes una vida espléndida y si lo dudas observa a tu alrededor, los árboles, el cielo, el sol que cada día te otorga su calor, las estrellas que iluminan la noche oscura, la brisa que seca tus lagrimas.

Aprende a ser leal contigo mismo y lo que eres, Dios no crea imperfecciones ¿dudas acaso que es tu creador? Contempla, medita, ora,  acalla tu mente y siente la presencia de la llama divina en tu interior. Pinta el cuadro de tu vida con los más bellos colores, sigue tus sueños con alegría, camina hacia delante y detente y descansa cuando lo requieras porque te ayudará a inspirarte, pero ten la seguridad que siempre puedes realizar los trazos necesarios para dar más luz a tu lienzo.

Con amor…Luz

2 comentarios:

Jen dijo...

Gracias !!!! besitos TQM!!!

Luz Rodríguez dijo...

Gracias a ti preciosa por ser siempre mi amiga incondicional. Deseo lo mejor del universo para ti y sé que sólo tienes que abrir bien los ojos, salir de la ilusión y tomar consciencia de tu verdadera realidad... Eres una Diosa y ten la seguridad que es lo único que percibo de ti...no importan la distancia, ni el tiempo, siempre estaré a tu lado.

Con amor...Luz