1 de marzo de 2011

Divina Tentación


“Todo paraíso tiene su tentación”

En ocasiones surge un impulso interior que nos impulsa a realizar pequeños actos con los cuales se intenta luchar y nos rendimos ante ello, dejándonos arrastrar por las olas de nuestros deseos. Es una de las mayores causas de sufrimiento que nos proporcionamos nosotros mismos, he logrado comprender a través de los años que cada una de nuestras debilidades puede ser vista como una bendición porque son aquellos medios que la vida misma nos ha proporcionado para avanzar por la espiral de la existencia.

En múltiples ocasiones me he dejado llevar por mis propias sensaciones internas pensando que es imposible luchar contra ella, para luego entrar en un estado de culpabilidad profundo, y reconozco que en ese círculo vicioso me mantenía. Pero poco a poco interiorizando cada más he logrado descubrir que primero surge la sensación y luego el pensamiento y si logro escudriñar en la sensación para  desmontar el pensamiento antes de que sea intenso  sin luchar con él, tengo gran parte de la tentación vencida.

Curiosamente nuestras sensaciones es la manera que tiene nuestro ser de comunicarse por medio del cuerpo para que nos demos cuenta de algo, existe una necesidad interior que la gran parte del tiempo se enmascara cuando entra el pensamiento en acción. Al sumergirnos en la sensación y navegar en sus profundidades, es muy probable que en el fondo la necesidad es otra muy diferente a la que originalmente se pensaba.

La  mayor parte del tiempo pasamos sustituyendo necesidades por otras porque nos da temor ahondar en la sensación, por ejemplo se puede tener la sensación de frío y cuando se ahonda en ella descubrimos a un niño o niña abandonado, pero como nos da terror encontrarnos con esa vieja figura espectral entonces nos evadimos con alcohol, con sexo, con drogas y una infinidad más de variantes que no buscan más que la huida de la interiorización.

Ayuda mucho el ver cuando surge una sensación y preguntarnos lo que realmente quiere decir esa sensación, que pide nuestra esencia, que es lo que desea mostrarnos. Puede que en oportunidades se ceda a la tentación pero es ir cada día trabajando en buscar su verdadero origen ¿qué es lo oculta? La tentación como tal no es ningún pecado, por el contrario es una oportunidad de transcender como lo hizo el mismo Jesús, haciéndose más fuerte y teniendo en claro sus principios más elevados.

La tentación no es más que una prueba que acordamos vivir para demostrar nuestra fidelidad en el cumplimiento de nuestra misión divina, en oportunidades “probaremos” caminos borrascosos en otras caminaremos por un camino recto lleno de pureza, pero es con el fuego del dolor o de la voluntad que descubrimos nuestra verdadera esencia sagrada y lo importarte es jamás desanimarse, porque se tiene de nuestro lado a la fuerza más poderosa que rige todo el universo… a nuestro amado Dios y con él no existe ninguna tentación imposible de superar.

Con amor…Luz



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