26 de mayo de 2009

El verdadero nombre



Hace mucho, vivía un viejo Monje muy cerca a una aldea en la India. Él era famoso por la infinita bondad que profesaba y la plasmaba en cada una de sus bellas acciones. Era muy querido por todos, y todos querían parecerse a él.

Los días pasaban tal cual, en paz y armonía, hasta que cierto día, una joven acusó al monje de haber tenido relaciones con ella, y afirmaba que el hijo que esperaba era de él.
El pueblo indignado fue donde el monje, con la furia que caracteriza a un encolerizado animal y acusó al monje con los adjetivos más ásperos que jamás alguien pudo escuchar junto.

Hasta cierto punto pareciera entendible esta actitud, pero momentos después en medio de la vorágine, lo desconcertante para ellos fue que el monje tan solo dijo: "yo lo criaré".


Pasaron así muchos años, el monje crió al niño con mucho amor y todo andaba aparentemente bien, hasta que la muchacha agobiada por el remordimiento, confesó que el monje no era el padre; el padre era un muchacho joven como ella, y que por vergüenza a la crítica, montó aquella historia para no llevar encima lo que ella consideraba una carga muy pesada.
Apenados y muy avergonzados, los pobladores de la aldea se acercaron al habitáculo del monje, en medio de los bosques. Le llevaron presentes, se deshicieron en disculpas y perdones. El monje al escuchar sus lamentos de culpa y explicaciones de lo que había pasado, tan solo dijo: "eso es cierto".


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En la vida, muchas cosas pueden parecer injustas. Muchas acusaciones pueden ser dolorosas. Pero si existe un espíritu puro, se tendrá necesariamente la certeza que la verdad del nombre de uno, siempre saldrá a la luz.

1 comentario:

Luz Rodríguez dijo...

Al final todo ocurre por algo... y si solo nos dejamos fluir... todo tendra su recompensa y aunque algunas veces pensemos que tarda mucho...siempre la rueda términa dando el giro completo...muy lindo... gracias.

con amor... Luz.